Autores Populares Frases Temáticas

André Maurois: El milagro del amor humano, es...

El milagro del amor humano, es que, sobre un instinto muy simple, el deseo, se construyen edificios de los más complejos a los más delicados sentimientos.

André Maurois

Temáticas Relacionadas

frases sobre lo simple frases lo simple einstein albert einstein citas simple einstein simple frases einstein simple

Y es que tanto te conozco que hasta se me has de extraÃ±ar.

No veo una separaciÃ³n entre lo que me imagino y lo que se percibe que me imagino. Como la mÃºsica es un artificio, es como estar adentro de las canciones. Cada vez me doy mÃ¡s cuenta de que uno quiere admitir algo que no se puede admitir.

La pintura es una poesÃa que se ve sin oÃrla; y la poesÃa es una pintura que se oye y no se ve; son, pues, estas dos poesÃas o, si lo prefieres, dos pinturas, que utilizan dos sentidos diferentes para llegar a nuestra inteligencia. Porque si una y otra son pintura, pasarÃ¡n al comÃºn sentido a travÃ©s del sentido mÃ¡s noble que es el ojo; y si una y otra son poesÃa, habrÃ¡n de pasar por el sentido menos noble, es decir, el oÃdo.

El Don Juan del conocimiento: ningÃºn filÃ³sofo ni poeta lo ha descubierto todavÃa. Es un hombre que no siente amor por las cosas que conoce, pero que tiene ingenio, ganas y gusto por la caza e intrigas del conocimiento -Â¡hasta subir a las mÃ¡s altas y lejanas estrellas de Ã©ste!-, hasta que por fin ya no queda nada que cazar. excepto lo absolutamente doloroso del conocimiento, como le ocurre al bebedor, que a la postre bebe ajenjo y aguardiente. AsÃ que al final el Don Juan del conocimiento se encapricha del infierno - es el Ãºltimo conocimiento que lo seduce.Â¡Es posible que tambiÃ©n el infierno lo decepcione, como toda cosa conocida! Â¡Y entonces tendrÃa que permanecer inmÃ³vil por toda la eternidad, sÃ³lidamente clavado a la decepciÃ³n, convertido Ã©l mismo en convidado de piedra, y con grandes ganas de una cena del conocimiento, que nunca le sirve! -pues este entero mundo de las cosas no tiene ya ningÃn bocado que ofrecer a ese hambriento.