Dulzor de brisa. En el verde de mil colinas un templo aislado.
Shiki Masaoka
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacemos de los otros cuando hablan.
El hombre solitario es una bestia o un dios.
Al jugar al ajedrez entonces, podemos aprender: Primero, previsión... Segundo, prudencia... Tercero, cautela... Y al final, aprendemos del ajedrez el hábito de no ser desanimados por apariencias mal...
Tu palabra fue más que una palabra y te hice ídolo en mi templo en llamas, donde estaremos hasta siempre... la muerte!.