No es el filósofo el que sabe donde esta el tesoro sino el que trabaja y lo saca.
Francisco De Quevedo
Admiro mucho a la mujer. Me encanta su belleza, su delicadeza, su vivacidad, y su silencio.
Lo malo es que la generosidad también puede ser un buen negocio.
Dame tu estar, amor, en los extremos, tu presencia y tu infiel sabiduría: por los caminos de la sangre mía ya no sé si es que vamos o volvemos.
El literato de puerta cerrada no sabe nada de la vida. La política, el amor, el problema económico, el desastre cordial de la esperanza, la refriega directa del hombre con los hombres, el drama menu...