Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.
Henry Frédéric Amiel
Solo es eterno el arte robusto.
Podemos comparar la sociedad con una hoguera cerca de la cual se calienta la persona prudente, pero a la debida distancia y sin meter las manos en ella, como hace el necio. Éste, tras haberse quemado...
El cazador no se frota con grasa y se pone a dormir junto al fuego.
El que siembra alguna virtud coge fama.