Todo disfraz repugna al que lo lleva.
Silvina Ocampo
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.
No nos hemos de dejar engañar por las malas acciones de la gente buena. Se puede ser bueno, misericordioso, desinteresado, y ser también capaz de una mala acción.
La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche.
Nunca es demasía publicar lo que es necesario que se sepa.