Pensamientos de miguel de cervantes saavedra ( 4 )
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Bueno, hay un remedio para todas las cosas como la muerte, que se ocupará de poner nosotros plana un momento u otro.
Dijo del amor que a veces pasa, a veces vuela, corre con uno, camina gravemente a otro, se vuelve una tercera en hielo, y fija un cuarto de una llama: heridas que uno, otro lo mata: como un rayo que c...
Cada hombre es hijo de sus propias obras.
Los refranes son sentencias breves sacadas de una larga experiencia.
Entre los pobres pueden durar las amistades, porque la igualdad de la fortuna sirve de eslabón a los corazones; pero entre los ricos y los pobres no puede haber amistad duradera
La gratificación de la riqueza no se encuentra en la mera posesión o en los gastos de lujo, pero en su aplicación prudente.
Cuando estás en Roma, haz lo que hacen en Roma.
Cuando la gravedad de la ley debe ser suavizado, vamos lástima, no sobornos, sé el motivo.
La esperanza siempre nace con el amor.
Un pecado privada no es tan perjudicial en este mundo, como un escándalo público.
Para retirar no es huir, y para mantenerse hay acción prudente, cuando no hay más razón para temer que a la esperanza.
La belleza del cuerpo muchas veces es indicio de la hermosura del alma.
Yo creo que no hay refrán, pero lo que es cierto, sino que son otras tantas sentencias y máximas extraídas de la experiencia, la madre universal, de las ciencias.
No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo.
Donde una puerta se cierra, otra se abre.
¡Ay! todos los tarros de música cuando el alma está fuera de tono.
Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.
Los males que no tienen fuerza para acabar la vida, no la han de tener para acabar la paciencia.
En la tardanza dicen que suele estar el peligro.
También existe este beneficio en presumir, que el hablante expresa inconscientemente su propio ideal. Seguirle la corriente por todos los medios sacar todo fuera, y retenerlo a él.
Dime tu séquito, y yo te diré lo que eres.
El que pierde la riqueza pierde mucho, y el que pierde un amigo pierde más, pero el que pierda su valor pierde todo.
La diligencia es la madre de la buena suerte y la pereza, su contraria, jamás llevado a un hombre a la meta de cualquiera de sus mejores deseos.
El conocimiento de ti mismo te guardará de la vanidad.
No hay mayor ni más sutil ladrón que el doméstico.
Una retirada no es una derrota.
Siempre gana quien pierde una vana esperanza.
Contra el callar no hay castigo ni respuesta.
Letras sin virtud, son perlas en el muladar.
Donde reina la envidia no puede vivir la virtud ni donde hay escasez de libertades.
Sabe más el tonto en su casa, que el sabio en la ajena.
Ambición es, pero ambición generosa, la del que pretende mejorar su estado sin prejuicio de tercero.
A los afligidos no se les ha de añadir aflicción.
Cada uno es hijo de sus obras.
El que larga vida vive mucho mal ha de pasar.
No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.
O yo me engaño, o esta ha de ser la mas famosa aventura que se haya visto.
Es mejor ser loado por unos pocos sabios, que burlado por muchos necios.
El refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia.
El daño está en que es imposible que puedan pasar bien las gentes del mundo, si no se fía y se confía.
