Poemas de marques de sade. Encuentra docenas de poemas de marques de sade con fotos para copiar y compartir.
Solamente de nosostros depende nuestra felicidad; ésta no depende sino de nuestra conciencia, y puede ser que un poco de nuestras opiniones, sobre las cuales solo deben actuar las más seguras inspir...
No es en absoluto mi manera de pensar la que ha hecho mi desgracia; es la de los otros.
No es un amante lo que la mujer quiere en el esposo, sino una persona que la trate bien, y con ello hay bastante.
Estoy de acuerdo con que no comprendemos la relación, la sucesión y la progresión de todas las causas; pero la ignorancia de algo no es jamás motivo suficiente para creer o determinar otro algo.
¿Conocéis tan mal el corazón de una mujer para ignorar lo que puede nacer de la gratitud?
¡Placeres crueles! ¡Cuántas lágrimas me habéis costado y cuántos remordimientos han de desgarrar todavía mi alma hasta el postrer instante de mi vida!
¡Me dais la muerte y queréis que yo viva! ¡Destruís mi esperanza y, al mismo tiempo, la reanimáis! No, no moriré...
Un amigo es alguien con quien se cuenta cuando se siente uno muy débil para hacer algo por sí mismo.
¿Creéis que hay gran diferencia entre un banquero de una mesa de juego robándoos en el Palais-Royal, o Matasiete pidiéndoos la bolsa en el bosque de Bolonia? Es lo mismo, señora; y la única dist...
La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero.
Digámoslo con toda claridad: la necesidad de joder no es menos importante que la de comer o beber, y todas ellas deben satisfacerse sin impedimiento alguno.
¿Qué influencia puede ejercer sobre mí esta opinión vulgar? Esta opinión no nos afecta sino en razón de nuestra sensibilidad; pero si a fuerza de sabiduría y reflexión, logramos ahogar esta se...
Nunca, repito, nunca pintaré el crimen bajo otros colores que los del infierno; quiero que se lo vea al desnudo, que se le tema, que se le deteste, y no conozco otra forma de lograrlo que mostrarlo c...
Digámoslo con la verdad: entre todas las religiones existentes, no hay una sola que predomine legítimamente, que no esté llena de fábulas, mentiras, perversidades, y que no ofrezca los más inmine...
Destrucción, por lo tanto, como la creación, es uno de los mandatos de la naturaleza.
No acariciés jamás a vuestro marido en forma insistente sino cuando sintáis deseo de engañarlo.
El remordimiento no es, pues, sino una desagradable reminicencia resultado de las leyes y de las costumbres aceptadas, pero nunca dependiente de la clase de delito.
No hay nada tan apacible como las esposas infieles, pues ponen tanto empeño en ocultar sus propios pasos que vigilan los del prójimo infinitamente menos que las mojigatas.
Predicar sin practicar es lo mismo que construir un barco y dejarlo en la orilla.
... cuanto más culto es un individuo, más capaz es de romper todos los frenos, por lo que el hombre culto es más propenso que el inculto a los placeres del libertinaje.
Creer en la inmortalidad del alma, es decir, estar persuadidos de la existencia de algo de lo cual es imposible formarse alguna noción real, es creer en palabras sin poderlas relacionar con algún se...
Así, la conciencia es pura y simplemente obra de los prejuicios que se nos han infundido, o de los principios que nostros nos formamos.
Mi opinión en lo que se refiere al placer es que hay que emplear todos los sentidos.
El triunfo final de la filosofía sería arrojar luz sobre los caminos misteriosos en los que la Providencia se mueve para lograr los diseños que tiene para el hombre.
Existen, pues, pueblos suficientemente sagaces como para estimar sus placeres más que las insulsas leyes de la población.
¡Santo cielo! Si los hombres supieran al entrar en la vida las penas que les esperan y si de ellos dependiese volver a la nada, no habría uno solo que quisiera emprender esta carrera.
No es, pues, para nosotros para quien todo ha sido hecho, puesto que si nosotros no existiéramos, todo existiría igualmente. ¿Qué somos entonces ante los ojos de la naturaleza? ¿Por qué nos esti...
¡Gran Dios!, así es como han mancillado durante más de doscientos años tus altares; así es como seres razonables han creído deber honrarte; rociando tu templo con la sangre de tus criaturas, man...
El sentimiento y el arte de seducir son dos cosas muy diferentes; y, ¿para qué gastar el primero si triunfáis mediante el segundo?
Hay muchísimas mujeres que piensan que con tal de no llegar hasta el fin con un amante, pueden al menos permitirse, sin ofender a su esposo, un cierto comercio de galantería, y a menudo esta forma d...
Lancémonos a este mundo perverso, en el que los que engañan más son siempre los que triunfan; que ningún obstáculo me cohíba. Puesto que la sociedad únicamente está compuesta de cándidos y br...
Y lo que terminará por deteriorar aún más el sentimiento de la virtud es que no solamente no es un primer movimiento, natural, sino que es, por definición, un movimiento vil e interesado que parec...
... ¿cómo podemos pensar en la extravagancia de que una criatura femenina pueda tener mayor valor por tener una parte de su cuerpo poco más o poco menos abierta?
No cesaré de decírtelo: el sentimiento de la humanidad es quimérico; jamás podrá hacer frente a las pasiones, ni incluso a las necesidades, si contemplamos que durantes siglos los hombres se devo...
La naturaleza inspira al fuerte para que robe al débil y se enriquezca, y al débil, para que robe al fuerte y se iguale a él.
Si los desgraciados son virtuosos, no seamos tan ingenuos de querer tener sus sentimientos.
Los más defectos que un hombre pueda tener, el más viejo se es, menos amable, el más rotundo de su éxito.
Resulta tan ridículo decir que la castidad es una virtud como afirmar que lo sería privarse de comer.
Nos casamos porque las mujeres, cuando son esposas, resultan más sumisas que las queridas.
Vamos a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones, y siempre seremos felices... La conciencia no es la voz de la naturaleza, sino solo la voz de los prejuicios.