Colección de pepe
En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.
René DescartesCuando un saltamontes concentra sus energÃas para saltar, no sabe donde aterrizará.
Gerald BrenanNada hay tan útil como el arrepentimiento.
MarcialSolo la fantasÃa permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca.
Friedrich SchillerAlgunos polÃticos sostienen que la única manera de hacer seguro a un revolucionario es darle un escaño en el parlamento.
Clive Staples LewisCien amigos y ser pobre, que egoÃsta y millonario con medallas de cobre.
AnenitaLo que no se parece a nada no existe.
Paul ValéryEl amor es un eterno insatisfecho.
José Ortega y GassetConóceme cual soy ¡Soy la verdad! Agua, tierra, llama, aire, éter, vida, mente, individualidad, esos ocho forman mi espectro actual y están suspendidos de mÃ, como cuelgan las perlas de su hilo.
MahabharataLa escritura es la pintura de la voz.
VoltaireViolonchelo
Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar.
En la pureza infinita
en que se ha abismado el cielo,
un ilusorio pañuelo
tus adioses solicita.
y ante la excelsa quietud,
cuando en mis brazos te estrecho
es tu alma, sobre mi pecho,
melancólico laúd.
El control remoto devuelve el poder a los padres.
Bill ClintonEl hombre llora; este es su más hermoso privilegio.
DelilleEl mundo se divide en dos partes: YO y el resto del mundo.
Mary SantpereEn todo matrimonio que ha durado más de una semana existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar siempre motivos para el matrimonio.
Robert AndersonSi puedes bromear sobre algo muy importante, has alcanzado la libertad.
Mateo AlemánSer bueno solamente consigo mismo es ser bueno para nada.
VoltaireEs necesario ser casi un genio para ser un buen marido.
Honoré de BalzacEn el mundo hay gentes que, incapaces de elevarse una pulgada, miran de alzarse sobre las ruinas de los demas.
G GiustiLa paz y la armonÃa constituyen la mayor riqueza de la familia.
Benjamin Franklin