Frases de Albert Einstein ( 13 )


La mente es igual que un paracaÃdas, solo funciona si se abre.

Un estómago vacÃo no es un buen consejero polÃtico

La vida es como montar en bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio no puedes parar

Leer, después de cierta edad, desvÃa demasiado la mente de sus actividades creativas. Cualquier hombre que lee mucho y usa su propio cerebro muy poco cae en hábitos perezosos de pensamiento.

Ninguna cantidad de experimentación puede probar definitivamente que tengo razón; pero un solo experimento puede probar que estoy equivocado

El valor de un hombre se puede ver en lo que da y no en lo que es capaz de recibir.

Yo nunca pienso en el futuro. Viene demasiado rápido

Ya solo con su influencia fÃsica sobre el temperamento humano, la forma de vida vegetariana podrÃa influir muy positivamente sobre el destino de la humanidad

No lo sé. Pero en la otra guerra que le siga, sà sé, seguro, que se tendrá que luchar empuñando un cuchillo

El verdadero signo de inteligencia no es el conocimiento sino la imaginación.

La ciencia sin religión es coja y la religión sin ciencia está ciega.

La memoria es la inteligencia de los tontos.
Cuando un hombre se sienta con una chica bonita durante una hora, parece que fuese un minuto. Pero déjalo que se siente en una estufa caliente durante un minuto y le parecerá más de una hora. Eso e...

No almacenes en la memoria lo que puedas almacenar en el bolsillo

Ocurrencias en este dominio están más allá del alcance de la predicción exacta debido a la variedad de factores en la operación, no a causa de la falta de orden en la naturaleza.

Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres
Estoy firmemente convencido de que la mayorÃa de los pueblos del mundo prefieren vivir en paz y en seguridad. El deseo de paz de la humanidad solo puede convertirse en realidad mediante la creación ...

El verdadero valor de un hombre se determina examinando en qué medida y en qué sentido ha logrado liberarse del yo

Los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos

Para ser un inmaculado miembro de un rebaño de ovejas, uno ha de ser, ante todo, una oveja.