Frases de Albert Einstein ( 8 )


La política es para el momento, pero una ecuación es para la eternidad.

Una mesa, una silla, un plato de fruta y un violín, ¿qué más necesita un hombre para ser feliz?

El que marcha con alegría a la música en fila ya se ha ganado mi desprecio. Se le ha dado un gran cerebro por error, ya que para él la médula espinal sería suficiente.

Dios siempre escoge el camino más sencillo.

La moral es de lo más importante -pero para nosotros, no para Dios.

El que se compromete a erigirse como juez de la Verdad y el Conocimiento naufraga por la risa de los dioses.

Toda ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano.

No todo lo que se puede contar cuenta, y no todo lo que cuenta puede ser contado.

La imaginación lo es todo. Es la vista previa de las próximas atracciones de la vida.

Ninguna cantidad de experimentación puede jamás demostrar que estoy bien; un solo experimento puede demostrar que estoy equivocado.

No me puedo imaginar a un Dios que premia y castiga a los objetos de su creación y no es sino un reflejo de la fragilidad humana.

Uno puede decir que el eterno misterio del mundo es su comprensibilidad.

En cuestiones de la verdad y la justicia, no hay diferencia entre los problemas grandes y pequeños, para las cuestiones relativas al trato de las personas son todas iguales.

Si no puedes explicarlo de manera sencilla, no lo entendiste bien.

Cualquier hombre que puede conducir con seguridad mientras besa a una chica guapa no está simplemente dando al beso la atención que merece.

No sé con qué armas se luchará en la III Guerra Mundial, pero la Cuarta Guerra Mundial se peleará con palos y piedras.

Yo no creo en la inmortalidad del individuo, y considero que la ética sea una preocupación exclusivamente humana sin autoridad sobrehumana detrás de ella.

No se preocupe por sus dificultades en matemáticas. Les puedo asegurar que las mías son todavía mayores.

La gravedad no es la responsable de que las personas se enamoren.

Aprende del ayer, vive para hoy, ten esperanza por el mañana. Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.