Frases de Almafuerte

Padres sin alma, son aquellos que niegan a sus hijos consejo, amor, ejemplo y esperanza.

No vemos a los ángeles; pero en las avenidas oscuras de la angustia, se acercan y nos llaman, ¡Se parecen a ellos las personas queridas y no son sino ángeles los seres que nos aman!

Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas: no han de ser tus caÃdas tan violentas ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Yo tengo, para ti, todo lo noble que cielo, tierra y corazón abarcan; el calor de los soles, ¡de los soles que, como yo, te aman!.

Aquà vengo, aquà me ves, aquà me postro, aquà estoy,como tu esclavo que soy, abandonado a tus pies.

Eres tu, soberana de mis noches, mi constante, perpetuo cavilar: ambiciono tu amor como la gloria... ¡y todavÃa más!.

¡Salud, primavera, princesa encantadora!, saludo engrandecido las gasas de tu velo.

Ser bueno, en mi sentir, es lo más llano y concilia deber, altruismo y gusto: con el que pasa lejos, casi adusto, con el que viene a mi, tierno y humano.

Quiero ser las dos niñas de tus ojos, las metálicas cuerdas de tu voz, el rubor de tu sien cuando meditas y el origen tenaz de tu rubor.

Tú tienes, para mÃ, todo lo bello que cielo, tierra y corazón abarcan.

Niños: en cada flor hay muchas vidas y las manos que matan no son manos.

Todo lo alcanzarás, solemne loco, siempre que lo permita tu estatura.

La sinfonÃa sacra de los seres, los vientos, los bosques y las aguas, en el lenguaje mudo de tus ojos que, mirándome, hablan.

La verdad es un molde, es un diseño que rellena mejor quien más delira.

¡Tu tienes, para mà todo lo bello; yo tengo para ti, todo lo que ama; tú, para mÃ, la luz que resplandece, yo, para ti, sus llamas!.

Quiero ser esas manos invisibles que manejan por si la creación, y formar con tus sueños y los mÃos otro mundo mejor para los dos.
Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora... Que muerda y vocifere vengadora, ya rodando en el polvo, tu ca...

Triste como el destello de la luna, solo, como la luna solitaria, es el recuerdo de ese amor maldito, como mi alma.

Las más orgullosas naves temen del mar los furores, los tigres devoradores huyen del simún airado ¡y tú en mi pecho has dejado tan sin recelo tus flores!.

¡Todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de su muerte!.