Un postre sin queso es como una doncella hermosa, pero tuerta.
El que recibe a sus amigos y no presta ningún cuidado personal a la comida que ha sido preparada, no merece tener amigos.
Se aprende a ser cocinero, pero se nace catador.
Convidar es asumir la responsabilidad del bienestar del convidado durante el tiempo que está bajo nuestro techo.
La cualidad indispensable para un buen cocinero es la puntualidad, pero es también la de los invitados.
Aquellos que padecen una indigestión o una borrachera no saben lo que es comer ni lo que es beber.
En la mesa nadie se aburre durante la primera hora.