Demasiada sensatez en los jóvenes es mala señal.
Así, si bien un tiempo al tiempo guerra hace la obra famosa, a paso lento obra y nombre envidioso el tiempo entierra.
Raramente se encuentra un jurisconsulto que litigue, ni médico que tome medicinas, ni teólogo que sea buen cristiano.
Cuando el jefe puede lo que quiere, se corre el gran riesgo de que quiera lo que no debe querer
Por natural inclinación, todos nos mostramos más prestos a censurar los errores que a loar las cosas bien hechas
En los jovenes mucha prudencia es mala señal.
Mucho falta a la mujer a quien falta la belleza.
Perdonando demasiado a quienes cometen faltas, se hace una injusticia a quienes no las cometen