Triste cosa es baltasar gracián. Encuentra docenas de triste cosa es baltasar gracián con fotos para copiar y compartir.
Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le ...
Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al dÃa es trabajar.
Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso.
Lo más triste es la tristeza de una persona alegre.
¿No se lee en este paÃs porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee? Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más. Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leÃ...
Es una cosa triste cuando los hombres no tienen ni el ingenio para hablar bien, ni la resolución para mantener sus lenguas.
El imperialismo, para los pueblos indÃgenas, ha sido el silencio. Es el que quisiéramos verdaderamente derrotar algún dÃa, porque un pueblo silenciado es más doloroso que un pueblo que habla y no...
Hay una cosa más triste que fallar en los propios ideales: haberlos realizado
Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenÃa que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, un...
Nunca pelees con quien nada tiene que perder.
Triste cosa es el sueño que llanto nos arranca, mas tengo en mi tristeza una alegrÃa... ¡Sé que aún me quedan lágrimas!.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
En la sombra, lejos de la luz del dÃa, la melancolÃa suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
Hazme el favor de no estar triste. Todo pasa.
Mariposa: qué triste me quedo sin tu luz que mi amor ilumina, te me vas...te me vas... y no puedo retener tu silueta divÃna.
Lo más triste del amor es que no solo no puede durar siempre, sino que las desesperaciones son también olvidadas pronto.
Cuando las estrellas bajan, ¡qué triste es bajar los ojos para verlas!.
El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.
A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.
La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.
No hay hombre, por viejo que esté, que no piense que puede vivir otro año.
No hay peor sordo que el que no puede oÃr; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va.
Es tan difÃcil decir la verdad como ocultarla.
No hay maestro que no pueda ser discÃpulo.
La libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer.
El que confÃa sus secretos a otro hombre se hace esclavo él.
Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.
No te pongas en el lado malo de un argumento simplemente porque tu oponente se ha puesto en el lado correcto.
El ánimo gozoso hace florida la vida; el espÃritu triste, marchita los sucesos.
Politicos y periodistas comparten el triste destino de tener que hablar hoy ya de cosas que hasta mañana no comprenderan totalmente.
La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz.
La ciencia y la sabidurÃa, lejos de ser una misma cosa, no tienen entre sà a menudo conexión alguna.
En este triste paÃs, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo,
es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda.
Es más alegre que una bienvenida y más triste que un suspiro.
Qué triste es la despedida, cando aun existe amor
no puede cerrar la herida, se desangra el corazón
no se sabe a dónde ir, y se pierde la razón,
se acaban las ilusiones. Ya no hay a quien darle...
¿estás triste? busca a otra persona triste y consuélala:encontrarás la alegrÃa.
La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allÃ, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz.
La melancolÃa es la felicidad de estar triste.