No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la miseria.
Quien sabe de dolor, todo lo sabe.
¡oh, insensatos afanes de los mortales! ¡qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la tierra!.
El amor mueve el sol y las estrellas.
El vino siembra poesía en los corazones.
Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos.
La raza humana se encuentra en la mejor situación cuando posee el más alto grado de libertad.
No menos que el saber me place el dudar.
Para surcar mejores aguas despliega ahora las velas la navecilla de mi ingenio, que deja tras de sí un mar tan cruel.
Busca la libertad, don tan preciado como sabe quien por ella dé la vida.
Cuando carecemos de esperanza, vivimos llenos de deseos.
La espada de la divina justicia no hiere prematura ni tardíamente, aunque una u otra cosa parezca a los que la deseen o la temen
Libertad va buscando, que le es tan cara, como lo sabe quien la vida por ella deja
Sin esperanza, vivimos llenos de deseos.
Tanto es gentil el porte de mi amada, tanto digna de amor cuando saluda, que toda lengua permanece muda y a todos avasalla su mirada.
Ámase por deleite a la belleza, y a la virtud, por soberana alteza
No menos que saber, dudar me gusta más.
Amor brilla en los ojos de mi amada, y se torna gentil cuando ella mira: donde pasa, todo hombre a verla gira y a quien ve tiembla el alma enamorada
Amor y corazón noble son una misma cosa
Toda esperanza abandona, los que entráis aquí!