El libre comercio no se basa en la utilidad, pero en la justicia.
Para que el mal triunfe basta con que los hombres de bien se queden cruzados de brazos.
La marcha de la mente humana es lenta.
Pero la época de la caballería se ha ido. La de sofistas, economistas y calculadores ha triunfado, y la gloria de Europa se ha extinguido para siempre.
El miedo atento y previsor es madre de la seguridad.
La ley es la seguridad del pueblo, la seguridad de cada uno de los gobernados y la seguridad de cada uno de los gobernantes.
Es la naturaleza de todas las grandezas de no ser exactos.
La falsedad tiene una perenne primavera.
Feliz aquel que fue joven en su juventud, feliz aquel que supo madurar a tiempo.
¡La prensa, el cuarto poderâ?¦!
El gran educador: el tiempo.
No tenía defectos que no eran debido a una causa noble, a un ardiente, generoso, tal vez una pasión desmedida por la fama, una pasión que es el instinto de todas las grandes almas.
La ciencia se corrompe con facilidad si dejamos que se estanque.
Si ordenamos nuestra riqueza, seremos ricos y libres, y si nuestra riqueza nos manda, somos pobres por cierto.
El mayor error lo comete quien no hace nada porque solo podría hacer un poco.
Quien lucha contra nosotros, fortalece nuestros nervios y agudiza nuestra habilidad. Nuestro antagonista es nuestro ayudante.
De la misma forma que la riqueza es poder, todo poder atrae infaliblemente hacia sí la riqueza por uno u otro medio.
La belleza es la promesa de la felicidad.
La educación es la mejor defensa de las naciones.
La religión es esencialmente el arte y la teoría de la reconstrucción del hombre. El hombre no es una creación terminada.