Frases de Edmund Burke
La sociedad humana constituye una asociación de las ciencias, las artes, las virtudes y las perfecciones. Como sus fines no pue den ser alcanzados en muchas generaciones, en esa asociación participa...

El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión.

El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros.

Bien sabido es que la ambición tanto puede volar como arrastrarse.

Agradar cuando se recaudan impuestos y ser sabio cuando se ama son virtudes que no han sido concedidas a los hombres.

La libertad abstracta, al igual que otras abstracciones simples, no puede ser encontrada.

Las personas que nunca se preocupan por sus antepasados jamas mirarán hacia la posteridad.
Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; ningún grupo puede actuar con confianza si no se halla ligado por opinion...

La superstición es la religión de las mentes débiles.

Después del amor, la simpatía es la pasión divina del corazón humano.

El que lucha contra nosotros nos refuerza los nervios y perfecciona nuestra habilidad.

Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser una virtud.

Nunca puedes planear el futuro a través del pasado.

Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada.

El favoritismo nos grava más pesadamente que muchos millones de deuda.

La tiranía de una multitud es una tiranía multiplicada.

Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras.

La primera y la más simple emoción que descubrimos en la mente humana es la curiosidad.

Hay un momento límite en el que la paciencia deja de ser una virtud

Muchas veces, una cena ligera, un sueño tranquilo y una mañana serena envalentonaron hasta el heroísmo a un hombre que, con un estómago pesado, pocas horas de sueño y una mañana lluviosa, habrí...