El éxito es el espacio de uno ocupa en el periódico. El éxito es la insolencia de un día.
Los gobernantes que quieren dar rienda suelta a la guerra saben muy bien que tienen que adquirir o inventar una primera víctima.
Todas las cosas que uno ha olvidado grito de ayuda en los sueños.
La supervivencia del planeta se ha vuelto tan incierta que cualquier esfuerzo, cualquier pensamiento que presupone un Asegurado montos futuros a una apuesta loca.
La justicia requiere que todos tengan lo suficiente para comer. Pero también requiere que todos deben contribuir a la producción de alimentos.
Dios, ¿Cómo has soportado tu creación?
Insoportables, los que siempre se creen auténticos.
Amo demasiadas cosas. Debería amar todavía más.
No es frecuente que el mayor deseo de alguien sea tener una biblioteca
El que lucha por conservar la fama está perdido. Lo que importa es la eficacia de las ideas, nada más.
Toda muerte rompe la cohesión de la intrincada red que es el mundo.
El que supera la alabanza, la merece.
Una convicción nunca se acaba, hay que llevarla al abrevadero
La palabra más imprecisa de todas: yo.
Uno podría pasarse la vida reflexionando sonbre si mismo, y no darse cuenta de que no lo merece.
¿Podríamos tener aún esperanzas para el pasado?
Dos clases de hombres: Los reacios a la confesión y los confesantes apasionados.
Las utopías fenecidas. ¡Qué tiempos, cuando aún podías cuidarlas y mimarlas!
El viejo muerde con los años en vez de con los dientes.
El que está obsesionado con la muerte se hace culpable por ello.