Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
El escepticismo es la embriaguez del atolladero.
Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.
Un libro es un suicidio aplazado.
El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraiso en un lugar de tortura.
Siento que soy libre, pero se que no lo soy.
Amor es ese afecto desengañado que sobrevive tras un instante de baba.