No soy optimista, quiero ser optimista.
La juventud es inmoderada en sus deseos.
La belleza es un estado de ánimo.
Nada está nunca acabado, basta un poco de felicidad para que todo vuelva a empezar.
Apaga la vela, que no necesito ver el color de mis ideas.
Tuvo entonces la brusca convicción de que el dinero constituía el estiércol en medio del cual surgía aquella humanidad del mañana.
En los horribles días de confusión moral que estamos viviendo, en un momento en que la conciencia pública parece ofuscarse, a ti, Francia, me dirijo, a la nación, a la patria.
La verdad está en marcha y nada la detendrá.
El destino de los animales es de mayor importancia para mí que el miedo a parecer ridículo, sino que está indisolublemente ligada a la suerte de los hombres.
Si te callas la verdad y enterrar bajo tierra, será más que crecer.
Estoy poco preocupado con la belleza o la perfección. No me importa para los grandes siglos. Todo lo que importa es la vida, la lucha, la intensidad.
Si me preguntan qué he venido a esta vida para hacer, te diré: me vine a vivir en voz alta.
El artista no es nada sin el don, pero el regalo no es nada sin el trabajo.
Repito con la más vehemente convicción: la verdad está en camino, y nada la detendrá.
El talento no se enseña, crece en el sentido que le place.
Le había quedado, de los tiempos en los que soñaba con dedicarse a la literatura y se juntaba con poetas, una desesperación universal.