La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.
No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida.
¿quieres ser rico? pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.
No es pobre el que tiene poco,sino aquel que teniendo mucho desea todavía tener más.
La necesidad es un mal, no hay necesidad de vivir bajo el imperio de la necesidad.
¿dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? entonces no es omnipotente. ¿no está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? entonces es perverso. ¿está dispuesto a prev...
¿dioses? tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo se ni tengo medios para saberlo. Pero se, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan ...
La prudencia es el más excelso de todos los bienes.
El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.
El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada.
El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.
Es impío no el que suprime a los Dioses, sino el que los conforma a las opiniones de los mortales.
Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos.
Debemos buscar a alguien con quien comer y beber antes de buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o un lobo.
Una conducta desordenada se parece a un torrente invernal de corta duración.
Juzgamos mejores que los placeres muchos dolores porque se consigue para nosotros un placer mayor.
Decir que la hora de la filosofía no ha llegado aún o que ha pasado ya es como decir que no ha llegado aún o que ha pasado ya la hora de la felicidad.
La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos.
Así pues, practiquen la filosofía tanto el joven como el viejo; uno, para que aún envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda se...
Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco.