Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir.
No es vencido sino el que cree serlo.
La mitad está hecha cuando tienen buen principio las cosas.
Inicua es la ley que a todos igual no es.
Es mejor el uso de las riquezas que la posesión de ellas.
Del pecado, lo peor es la perseverancia.
El silencio escuda y suele encubrir la falta de ingenio y torpeza de lenguas.
Amor es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una fiera herida, una blanda muerte.
Saludable es al enfermo la alegre cara del que le visita.
¿No ves que es necedad o simpleza llorar por lo que con llorar no se puede remediar?