Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece.
No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives.
Vivir es desviarnos incesantemente. De tal manera nos desviamos, que la confusión nos impide saber de qué nos estamos desviando.
No dejes que el mal te confunda y creas que puedes tener secretos para él.
Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro.
La literatura es siempre una expedición a la verdad.
La fortuna de comprender que el suelo sobre el que permaneces no puede ser más grande que los dos pies que lo cubren.
Yo soy la novela. Yo soy mis historias.
El miedo ante la unión, ante el fluir hacia la otra parte. Entonces ya no estoy nunca más solo.
Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestra mar congelada.
Una de las formas de seducción del mal más efectivas es la incitación a la lucha.
El hueco que la obra genial ha producido a nuestro alrededor es un buen lugar para encender nuestra pequeña luz. De allí la inspiración que irradian los genios, la inspiración universal que no sol...
Las religiones se pierden como los hombres.
Uno de los medios más efectivos que tiene el mal es invitar a la lucha.
Si se llega a un punto determinado, ya no hay regreso posible. Hay que alcanzar ese punto.
Cascar una nuez no es realmente un arte, y en consecuencia nadie se atrevería a congregar a un auditorio para entretenerlo entonces ya no se trata meramente de cascar nueces. O tal vez se trate meram...
Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas.
Una fe como una guillotina, tan pesada, tan ligera.
La verdad es indivisible, es decir no puede reconocerse a sí misma; quien quiera reconocerla, debe ser mentira.
Afortunadamente la incongruencia del mundo es de índole cuantitativa.