Solo por el amor puede el hombre librarse de sí mismo.
El verdadero dolor es recatado.
La obstinación es el sucedáneo más barato del carácter.
Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás
No es oro todo lo que reluce: pero deberíamos añadir que tampoco reluce todo lo que es oro.
No soy un águila, dice el avestruz, y todo el mundo admira su modestia.
No puedes detener la primavera, pero la puedes aprovechar al máximo.
Cada nuevo amigo es un pedazo reconquistado de nosotros mismos.
El individualismo no es tanto un fin como un camino, no el mejor, sino el único.
Solo cuando una casa arde se ve toda la miseria que había dentro. Entonces, hasta el rey se entera de que ha convivido con las ratas.
No hay censura que no sea útil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores.
La humanidad sueña por medio de los poetas.
En arte, el hijo instruye al padre; la obra, al maestro.
¡Ah, como ama el hombre cuando está separado de lo que ama por un imposible! Por el pasado.
Hay quien, en ciertos momentos, desearía una conciencia inquieta para aburrirse menos.
Hay gentes que solo se lavan cuando ven a los otros sucios.
La vergüenza delimita en el hombre los confines internos de las culpas. Donde empieza a avergonzarse, comienza exactamente su más noble yo.
Hay libros que se leen con el sentimiento de una limosna que se hace al autor.
Si quieres saber lo que es la vida, pregúntate a ti mismo lo que es la muerte.