El asunto es el problema; la forma, la solución.
Hay personas que se consolarían hasta del fin del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen anunciado.
Gran parte de las experiencias que he hecho sobre mí mismo las hice observando las particularidades de los demás.
Hay velas que lo alumbran todo, menos su propio candelabro.
Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
Las gentes virtuosas desacreditan la virtud.
Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.
Las coronas de laurel son arrebatadas por un soplo de brisa; contra las coronas de espinas, nada puede la tempestad.
Hay algunos libros que leemos con la sensación de que damos limosna a su autor.
Te conocerás a ti mismo en cuanto empieces a descubrir en ti defectos que los demás no te han descubierto.
Hay gente a quienes no se puede participar ninguna desgracia sin que enseguida nos participen ellas otra semejante.
Más difícil que ser agradecido es no exagerar la pretensión a la gratitud.
La mayoría de los hombres son buenos solo mientras tienen por buenos a los demás; no quieren dar, sino únicamente saldar una deuda.
Los grandes hombres son los infelices de la humanidad.
Casos hay en que cumplir el deber es pecar.
¿Tienes un enemigo? Eso quiere decir que tienes ante ti un hombre del que debes hacer o tu amigo o tu esclavo.
El hombre es un ciego que sueña ver.
Solo hay una necesidad: que el mundo exista. Cómo se acomode el hombre poco importa.
¡Cuantos hombres podrían ver si se quitasen las gafas...!
Si te atrae una lucecita, síguela. ¿Has caído en un abismo? ¡Ya saldrás de él! Pero si no la sigues, toda tu vida te martirizarás pensando que acaso era tu estrella.