¿Queríamos separarnos? ¿Era lo justo y lo sabio? ¿Por qué nos asustaría la decisión como si fuéramos a cometer un crimen?
Vacilan y caen los hombres sufrientes, ciegos, de una hora en la otra, como aguas de roca en roca lanzados, eternamente, hacia lo incierto.
Las delicias de este mundo ya he gozado,
Los di?as de mi juventud hace tanto, ¡tanto!, que se desvanecieron,
Abril y Mayo y Julio esta?n lejanos,
¡Ya nada soy, ya nada me complace!