El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista.
Nada revela mejor el carácter de los hombres que una burla tomada a mal.
El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.
La mosca que no quiere ser cazada está más segura cuando se posa en el cazamoscas.
Tales obres son como espejos: si se mira un mono es imposible que refleje un hombre.
Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.
Tres agudezas y una mentira hacen hoy en día a un escritor.
Donde una vez estuvo el límite de la ciencia, hoy está su centro.
No podemos recordar demasiado a menudo que cuando observamos la naturaleza, y sobre todo el orden de la naturaleza, es siempre nosotros mismos que estamos observando.
Mucho se puede inferir acerca de un hombre de su amante: en ella se contempla a sus debilidades y sus sueños.
La inflación es como el pecado; cada gobierno la denuncia, pero cada gobierno la practica.
La virtud de la premeditación no vale mucho.
La convicción segura de que podríamos si queríamos es la razón por la que muchas buenas mentes están inactivos.
Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable.
Nada es más conducente a la paz de la mente que no tener ninguna opinión en absoluto.
No hay mayor obstáculo para el progreso de las ciencias que el deseo de ver que tiene lugar muy rápidamente.
Cada hombre tiene su parte trasera moral que se abstiene de mostrar a menos que tiene que y mantiene cubierto el mayor tiempo posible con el pantalón del decoro.
Estoy convencido de que no nos amamos a nosotros mismos solo en los demás, pero nosotros odiamos a los demás también.
El hombre es una obra maestra de la creación, si no por otra razón que eso, todo el peso de la evidencia para el determinismo no obstante, cree que tiene libre albedrío.
Lo que se llama un conocimiento agudo de la naturaleza humana es en su mayoría más que debilidades propias del observador reflejada por otros.