Frases de Georg Christoph Lichtenberg ( 2 )
Triste amor es aquel en que los amantes se acuestan por primera vez en la tumba.
Lo que siempre me ha gustado en el hombre es que, siendo capaz de construir Louvres, pirámides eternas y basílicas de San Pedro, pueda contemplar fascinado la celdilla de un panal de abejas o la con...
Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños.
El buen Dios ha de tenernos en verdad mucho cariño para acercarse siempre a nosotros con un tiempo tan malo.
No siguió el camino más ancho hacia la eternidad, ni tampoco el más angosto, sino que, a fuerza de rezar mucho y disfrutar de una buena mesa, eligió uno intermedio, que podríamos denominar cleric...
La fe en un dios es instinto, y le es tan natural al hombre como el caminar erguido, aunque en algunas personas se vea modificada y en otras incluso asfixiada. Por lo general está siempre presente y...
Es casi imposible llevar la antorcha de la verdad a través de una multitud sin chamuscarle la barba a alguien.
(...) precisamente porque los hombres nacen con capacidades desiguales y el más fuerte se comería al más débil es que se han unido en sociedades y han instaurado mayor igualdad a través de las le...
Los eruditos con escaso sentido común aprenden generalmente más de lo que necesitan, mientras que a los más sensatos entre ellos nunca les basta con lo que aprenden.
Cuando ven a un hombre que piensa libremente, los clérigos arman un alboroto similar al de las gallinas que descubren entre sus polluelos a un patito que se lanza al agua. No piensan que algunos vive...
Estoy convencido de que uno no solo se ama en otros, sino que también se odia en otros.
Me encantaría saber qué pasaría si un día llegase del cielo la noticia de que el buen Dios se dispone a enviar una comisión de ángeles con plenos poderes para viajar por Europa, como los jueces ...
El pueblo anhela oro y distinciones, y se sentiría timado si los tuviera. Entre los grandes también se ha puesto de moda envidiar al campesino su agua de manantial y su jergón de paja, y más de un...
Hay cien ingeniosos por uno que posee juicio, una frase muy cierta y que tranquilizará a más de un necio sin ingenio, que, no obstante, debería pensar -si no es mucho pedirle a un necio- que tambi�...
Intentar modificar el carácter de un hombre es como tratar de enseñar a una oveja a tirar de un carro.
Los santos esculpidos han ejercido en el mundo mucha mayor influencia que los vivos.
Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.
Una nación que quiere agradar a todos, puede ser despreciada por todos.
Concede a tu espíritu el hábito de la duda, y a tu corazón, el de la tolerancia.
El renombre y el reposo no compaginan.