Cuando cruzamos el puente examiné la inscripción de Shigeru me había leído en su día: "El clan Otori da la bienvenida a los justos y los leales. Que los injustos y los desleales sean precavi...
Nunca antes había recordado aquel momento", pensó. "Y sin emitir sonido alguno murmuró, "¡Madre! ¡Madre!
Nunca he matado a un hombre desarmado y nunca he asesinado por placer.