Ten paciencia, alma mía: tú has sufrido cosas peores
La relación que existe entre los autores mediocres y la crítica mediocre es más o menos ésta: ninguno se fía del otro.
La raza de los hombres es celosa; sus brasas son brasas de fuego.
¡Cuán tedioso es un cuento contado de nuevo!.
Ningún hombre nacido de mujer, valiente o cobarde, puede escaparse de su destino.
Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido.
El que ama la guerra civil es un hombre sin lazos de familia, sin hogar y sin ley
Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.
No debe depositarse ninguna confianza en las mujeres.
Las heces amargas de la fortuna se pierden en el drenaje.
Dios ha puesto el trabajo por centinela de la virtud.
La raza de los hombres es como la de las hojas: cuando una generación florece, otra declina
Y el Pelida deseaba alcanzar gloria y tenía las manos manchadas de sangre y polvo.
Es voluble la lengua de los hombres, y de ella salen razones de todas clases; hállanse muchas palabras acá y allá, y cual hablares, tal oirás la respuesta. Mas ¿qué necesidad tenemos de altercar...
El esclavo pierde la mitad de su alma cuando entra en servidumbre
La religión es la cadena de oro que sujeta la tierra al trono del Eterno.
Después de lo sucedido, hasta el necio es sabio.
El pueblo me silba, pero yo me aplaudo en mi casa mientras contemplo cariñosamente las monedas en mi caja fuerte.
De los que sienten este temor, son más los que se salvan que los que mueren; los que huyen, ni alcanzan gloria, ni entre sí se ayudan.
Igual que bajo la tormenta la oscura tierra se empapa entera el día otoñal en que con insuperable violencia vierte el agua Zeus para manifestar su ira, rencoroso contra los hombres que en la plaza d...