El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.
Determinar la forma de gobierno más convincente para un país, es encontrar el medio de hacer concurrir en un punto todas las fuerzas sociales, es hallar el centro de gravedad de una gran masa para p...
¡ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia!.
Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos.
Gloria no es sinónimo de fama.
La lectura es como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de los que se digiere.
Voluntad firme no es lo mismo que voluntad enérgica y mucho menos que voluntad impetuosa.
En la lectura debe cuidarse de dos cosas: escoger bien los libros y leerlos bien.
El medio para deshacerse de un hombre amante de contradecir es callar y escuchar reposadamente.
Entendemos más por intuición que por discurso: la intuición clara y viva es el carácter del genio.
Solo la inteligencia se examina a sí misma.
Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros. El hombre sin pasiones sería frío, pero en cambio el hombre dominado por las pasiones, es ciego.
La templanza es el vigor del alma.
La atención es la aplicación de la mente a un objeto; el primer medio para pensar es escuchar bien.
La naturaleza sin la señal de la mano del hombre es más sublime.
No es tolerante quien no tolera la intolerancia.
Dudar de todo es carecer de lo más preciso de la razón humana, que es el sentido común.
La razón es un monarca condenado a luchar de continuo con las pasiones sublevadas.
No es fácil opinar contra los propios intereses; éstos arrastran las opiniones.
La educación es al hombre lo que el molde al barro. Le da la forma.