El amor, como el fuego, lo purifica todo.
Intencionadamente o no, se confunden siempre los jueces con la justicia y los curas con Dios. Así se acostumbran los hombres a desconfiar de la justicia y de Dios
No reír es una dieta rigurosa que nuestro organismo no nos permite.
Siempre he visto que en amor el que huye es el que vence
La edad en que todo se reparte e incluso se da generosamente es la edad en que nada se tiene.
Los hombres, las flores, la hierba, vuelven a encontrar periódicamente su brillo y su esplendor, su perfume y su juventud. Solo el hombre muere un poco cada año.
El que quiera estar bien en este mundo, procure no dejarse engañar nunca, pero finja que se deja engañar siempre.
Cuanto más grande es el cambio, menos se cambia
No creo en ningún sabio hasta que lo he oído decir tres veces «lo dudo» y dos veces «no lo sé»
Creo en el dios que hizo a los hombres, pero no en el que los hombres han hecho
Jamás se abate un ídolo sino en beneficio de otro
La riqueza aumenta, dicen los políticos superficiales, al mismo tiempo que las necesidades. Cierto, pero en la proporción de uno a tres.
Consideramos la incertidumbre como el peor de todos los males hasta que la realidad nos demuestra lo contrario
La felicidad se compone de evitar disgustos.
La felicidad se compone de infortunios evitados
Toda felicidad se compone de dos sensaciones tristes: el recuerdo de la privación en el pasado y el temor de perderla en el porvenir
La botánica no es una ciencia; es el arte de desecar plantas entre hojas de papel secante y de insultarlas en griego y en latín.
La mejor manera de vivir en paz con los vecinos es no tenerlos