Frases de Jean Rostand
¿la cuestión de la fe? me la planteo todos los días, sin cesar. He dicho no. He dicho no a dios, si se me permite expresarme de esta manera brutal; pero la cuestión se replantea a cada instante. E...

Sería bastante fácil ser escritor si para ello no se necesitara sino corazón, habilidad y descaro.

Se ve a algunas personas equivocarse en la admiración hasta el grado de alabar en una obra la materia de la que ella pretende ser el antídoto.

El buen gusto está en el justo medio, como la virtud; entre la tontería del vulgo y la de los elegidos

No se puede amar con perfección sino lo que se ha perdido para siempre.

Estamos en relación mágica con la Naturaleza. La próxima transformación biológica de la Humanidad creará seres conscientes de esa relación.

La ciencia nos ha hecho dioses, incluso antes de que seamos dignos de ser hombres.

Puede que nos ofenden escuchar nuestros propios pensamientos expresados ??por los demás: no somos lo suficientemente seguro de sus almas.

Unos grandes mentes son suficientes para dotar a la humanidad con el poder monstruoso, pero algunos grandes corazones no son suficientes para hacernos dignos de su utilización.

Nunca se sienta remordimientos por lo que usted ha pensado en su mujer, que ha pensado en las cosas mucho peor de ti.

La verdad siempre es servido por grandes mentes, aun cuando se pelean.

Dios, para que el vertedero de nuestros sueños.

Me siento muy optimista sobre el futuro del pesimismo.

Reflexionar es molestar a los propios pensamientos.

A veces es importante para la ciencia para saber cómo olvidar las cosas que ella está segura de.

Los libros que ha escrito en el pasado tienen dos sorpresas: no se podía escribir de nuevo, y no querrían.

La falsedad no puede mantener una idea de ser hermosa, hay ciertos errores de tal ingenio que se podría lamentar su no clasificación entre los logros de la mente humana.

Hay ciertos momentos en los que lo que anhelamos un futuro fueron construidos por los hombres del pasado.

Nada es más admirable que la fortaleza con la que los millonarios toleran las desventajas de su riqueza.

En política, la mentira de ayer es atacado solo para halagar a la de hoy.