En una democracia de verdad, el pueblo no debe conformarse con elegir a sus gobernantes, debe gobernar a sus elegidos.
Es necesario que los pobres vivan mejor, que sean felices, que no tengan para ellos solamente la tarea, en tanto para los demás queda el bienestar, es eso lo que deben hacer los gobiernos.
¿Qué las masas son incapaces para juzgar y adoptar resoluciones acertadas? Renunciemos entonces a la democracia.
Las más terribles desgracias de la humanidad se debieron siempre al despotismo individual, nuestro más crueles infortunios tuvieron también el mismo origen.