Hablen, Tienen Tres Minutos
Hablen, tiene tres minutos
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte
entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais,
para bajar al pozo ...
Esta Ternura
Esta ternura y estas manos libres,
¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz
para la zorra, y en medio del llamado
la ansiedad de esa puerta abierta para nadie.
Hicimos pan tan blan...
Cinco Poemas Para Cris
I
Ya mucho más allá del mezzo
«camin di nostra vita»
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo ...
Nocturno
Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían...
Encargo
No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
N...
bolero
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
...
Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Solo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- no...
Siempre Empezó A Llover
Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.
Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgraci...
¿Quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos?
Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.
Estar vivo parece siempre el precio de algo
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo
Hay una cosa que se llama tiempo, Rocamadour, es como un bicho que anda y anda. No te puedo explicar porque eres tan chico, pero quiero decir que Horacio llegará en seguida
Si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana
Pensar era inútil como desesperarse por recordar un sueño del que solo se alcanzan las últimas hilachas al abrir los ojos
Abrazarse interminablemente o con una violencia que los apartaba en el mismo instante, como si del deseo creciera amarga la distancia. Y siempre por debajo, un silencio agazapado donde latía el tiemp...
¿Por qué hemos tenido que inventar el Edén, vivir sumergido en la nostalgia de un paraíso perdido, para compensar las utopías, proponer un futuro para nosotros?
Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.
¿Qué quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad.
¿De qué sirve un escritor si no puede destruir la literatura? Y nosotros... ¿de qué estamos si no ayudamos tanto como podamos en esa destrucción?