Frases de Khalil Gibran ( 2 )
Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.
El amor no da ni toma nada, excepto de sí mismo.
Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes.
Los espíritus melancólicos reposan al reunirse con otros espíritus afines. Se unen afectuosamente, como un extranjero al ver a un compatriota suyo en tierras lejanas. Los corazones que se unen por ...
La verdad necesita de dos hombres para ser descubierta: uno para decirla y otro para entenderla.
Un desacuerdo tal vez sea la distancia más corta entre dos mentes.
Aquel que desee convertirse en maestro del hombre, debe empezar por enseñarse así mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de que lo haga verbalmente. Pues ...
Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
El arte es un paso desde lo visible y conocido hacia lo desconocido.
Cava la tierra y hallarás un tesoro, solo que debes cavar con la fe de un labriego.
Si revelas tus secretos al viento no le eches la culpa al viento por revelárselo a los árboles.
Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.
Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
Si tu corazón es un volcán, ¿cómo pretendes que broten las flores?.
El que comparte tus placeres, mas no tus penas, perderá la llave de una de las siete puertas del paraíso.
La más bella palabra en labios de una persona es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.
¿dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los hábitos y los deseos?.
No progresas mejorando lo que ya esta hecho, sino esforzándote por lograr lo que aun queda por hacer.
La tortuga puede hablar más del camino que la liebre.
Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades; él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento; él es vuesra mesa y el fuego de vuestro hogar. Cuando os alejéis de vues...