En el fondo, los científicos somos gente con suerte: podemos jugar a lo que queramos durante toda la vida.
Por mucho que sepamos, siempre habrá una pregunta sin responder. Y ese espacio de misterio inevitablemente invitará a cierto misticismo.
La ciencia es el cementerio de las hipótesis.
Puede que haya otros universos mejores que el nuestro.
Si bien lo consideramos, todos estamos desnudos dentro de nuestros vestidos.
Sabemos que la expansión del universo se está acelerando, lo que significa un número llamado la constante cosmológica debe ser positivo.