La prosperidad hace algunos amigos y muchos enemigos.
La paciencia es el arte de la esperanza.
Uno promete mucho, para no dar poco.
Si la gente no se complementan entre sí habría poco la sociedad.
El mal más grande que la fortuna puede infligir a los hombres es dotarlos de pequeños talentos y gran ambición.
Las aspiraciones más absurdas e imprudentes han llevado a veces a un éxito extraordinario.
Las emociones han enseñado a la humanidad a la razón.
Vice suscita la guerra, peleas virtud.
Para un hombre activo el mundo es como debe ser, esto es, fértil en obstáculos.
El paciente puede atreverse a todo.
No hay nada que el miedo y la esperanza no permite a los hombres a hacer.
La claridad es la buena fe de los filósofos.
Las leyes deben ser severas y los hombres indulgentes.
La razón nos engaña más a menudo que la naturaleza.
Es difícil estimar un hombre tan alto como él desearía.
El comercio es la escuela de las trampas.
Es más fácil decir cosas nuevas que conciliar las que ya han sido dichas.
Para llevar a cabo grandes empresas hay que vivir como si nunca se hubiera de morir
Uno no nace por la fama si no conoce el valor del tiempo.
Nuestros fracasos a veces nos unen entre sí en la mayor medida posible la virtud misma.