Quisiera estar bordado en tu alma y tu pañuelo.
Porque nada he deseado aparte de tu amor nunca perdí mi tierra que me invento contigo.
La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre.
Porque el amor y la muerte son las alas de mi vida, que es como un ángel expulsado perpetuamente.
Mi corazón pende en mi pecho, condecoración a ofrecer.
Hoy solo sé que mi cuerpo es un racimo de placer cuando el arco de la vida tocando su canción sobre mi médula me entrega el distico sin par de tus brazos, mujer.
Las ideas solo son exóticas, para el que no tiene ideas.
El futuro empezó ayer.
El amor es eterno mientras dura.
Florece tu cuerpo, y yo me muero. El alba.
No hay que pedir peras al olmo, sino estrellas y medallas, cúpulas y lámparas, peces y columnas, guantes y puñales, máscaras y hojas de afeitar.
Inventar las cosas sencillamente con la precisión y la lealtad de la inmediatez de la infancia.
Tradición: creación incesante. La tradición nunca estuvo al alcance de los tradicionalistas.
Podríais enterrarme en la voz de cualquier niño si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.
Yo vivo enamorado de luz, de mar y cielo.
Solo está el hombre, con su sueño, su sombra y su deseo.
No hay soledad más alta, más cruel y más cercana que la de dos cuerpos que se aman, sus hiedras confundiendo, su saliva y sus sueños, su aliento anonadado, sus huesos y su muerte.