Frases de Marcel Proust

A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear.

Para el beso, la nariz y los ojos están tan mal colocados como mal hechos los labios.

Cada lector se encuentra a sí mismo. El trabajo del escritor es simplemente una clase de instrumento óptico que permite al lector discenir sobre algo propio que, sin el libro, quizá nunca hubiese a...

El pueblo se inquieta al ver llorar, como si un sollozo fuera más grave que una hemorragia.
Cierta aristocracia, educada desde la infancia para considerar su nombre como una ventaja interior que nada puede quitarle, sabe que puede evitarse -pues nada le añadirian- los esfuerzos que sin resu...

Una obra de arte que encierre teorías es como un objeto sobre el que se ha dejado la etiqueta del precio.

Como todo el que no está enamorado, él piensa que se puede elegir a la persona amada en base a interminables deliberaciones sobre sus ventajas e inconvenientes.

El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en tener nuevos ojos.

Nuestro corazón tiene la edad de aquellos que ama.

Allí donde la vida levanta muros, la inteligencia abre una salida.

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.

Vale más soñar la propia vida que vivirla, aunque vivirla es también soñarla.

La ambición embriaga más que la gloria.

Tal vez la inmovilidad de las cosas a nuestro alrededor les viene impuesta por nuestra certeza de que son ellas y no otras, por la inmovilidad de nuestro pensamiento frente a ellas.

Ciertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones.
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotro...
El hombre, que juega perpetuamente entre los dos planos de la experiencia y la imaginación, querría profundizar en la vida ideal de la gente que conoce y conocer a las personas cuya vida ha tenido q...

En el sacerdote, como en el alienista, siempre hay algo de juez de instrucción.

El amor es el espacio y el tiempo medido por el corazón.

Un artista no tiene necesidad de expresar directamente su pensamiento en la obra para que ésta refleje la calidad de aquél.