Los ideales son la única forma de saber que estamos vivos.
Los sueños se van con la noche. Y tan solo queda una bruma lejana e inatrapable.
Sin padres, sin infancia, sin pasado alguno, no nos queda otra posibilidad que afrontar lo que somos, el relato que llevamos para siempre.
Creo que no soy tan viejo como para ser venerable, ni tan joven como para ser un cómplice.
Tenia unos ojos muy verdes y una mirada inteligente y cálida que me recordaba a otra, más lejana.