El amor y el odio no son perpetuos; amad siempre como si hubiera de llegar día en que odiaseis y odiad siempre como si hubiera de llegar un día en que amaseis.
No hay nada tan inseguro como la grandeza de los reyes.
No desees lo imposible.
El oro se prueba por medio del fuego, la mujer por el oro, y el hombre por la mujer.
Prefiere un castigo a un triunfo deshonroso; lo primero es doloroso pero por una vez, pero lo segundo es para toda la vida.
Si eres fuerte, sé también misericordioso, de forma que tus vecinos puedan respetarte y no solo temerte.
Hay tres cosas difíciles: guardar un secreto, soportar un agravio y emplear bien el ocio
No hables mal de los muertos.
No permitas que tu lengua corra más que tu inteligencia.
No te rías de una persona en su desgracia.
El que prefiera ser amado que temido, ejerza el poder con mansedumbre.
Honra a los hombres ancianos.
El hombre valeroso debe ser siempre cortés y debe hacerse respetar antes que temer.
Obedece las leyes.