En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en todas las horas de sus días y sus noches.
Las mentiras más crueles son dichas en silencio.
Un amigo es una imagen que tienes de ti mismo.
Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
Lo importante no es llegar sino ir.
No se viaja para ir a ninguna parte, sino para ir.
De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.
Si un hombre ama su trabajo, por encima del éxito o la fama, es un elegido de dios.
Guardate tus miedos, pero comparte tu valentía con otros.
No existen tierras extrañas. Es el viajero el único que es extraño.
La política es quizá la única profesión para la que no es necesaria preparación.
Algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso.
Todos somos viajeros en el yermo de este mundo, y lo mejor que podemos encontrar en nuestro recorrido es un amigo honesto.
No juzgues el día por la cosecha que has recogido, sino por las semillas que has plantado.
Tu puedes dar sin amar, pero no puedes amar sin dar.
No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.
Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar. El asunto es moverse.
Hay solamente una diferencia entre una larga vida y una buena cena: en la cena, el postre llega al final.
La vanidad muere con dificultad. En algunos casos obstinados, sobrevive al hombre.
Mi memoria es magnífica para olvidar.