Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
Robert Louis Stevenson
El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.
No puedo desear que ganen los buenos, ya que ignoro quienes son.
La religión esta en el corazón, no en las rodillas.
Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.