Frases de Rosalía De Castro

Es feliz el que soñando, muere. Desgraciado el que muera sin soñar.

La que ayer fue capullo, es rosa ya, y pronto agostará rosas y plantas el calor estival.

Tras la lucha que rinde y la incertidumbre amarga del viajero que errante no sabe dónde dormirá mañana, en sus lares primitivos halla un breve descanso mi alma.

Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto en tierra cayeron encinas y robles!.

Cual si en suelo extranjero me hallase, tímida y hosca, contemplo desde lejos los bosques y alturas y los floridos senderos donde en cada rincón me aguardaba la esperanza sonriendo.

Alma que vas huyendo de ti misma, ¿qué buscas, insensata, en las demás?.

¡Cuán bella y caprichosa es la alegría!.
Los que ayer fueron bosques y selvas de agreste espesura, donde envueltas en dulce misterio al rayar el día flotaban las brumas, y brotaba la fuente serena entre flores y musgos oculta, hoy son árid...

No son nube ni flor los que enamoran; eres tú, corazón, triste o dichoso, ya del dolor y del placer el árbitro, quien seca el mar y hace habitar el polo.

No subas tan alto, pensamiento loco, que el que más alto sube más hondo cae.

Hierve la sangre juvenil, se exalta lleno de aliento el corazón, y audaz el loco pensamiento sueña y cree que el hombre es, cual los dioses, inmortal.

Hermosas son las estaciones todas para el mortal que en sí guarda la dicha.

Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué despertar tan dichoso!.

La miseria seca el alma y los ojos además.

¡Oh tierra, antes y ahora, siempre fecunda y bella!.

Inexplicable angustia, hondo dolor del alma, recuerdo que no muere, deseo que no acaba.

No importa que los sueños sean mentira, ya que al cabo es verdad que es venturoso el que soñando muere, infeliz el que vive sin soñar.

¿Por qué tan terca, tan fiel memoria me ha dado el cielo?

Felicidad, no sé a dónde acudir para descubrir que en la tierra, en el aire o en el cielo, sin embargo, sé que existen y son un sueño inútil.

Tengo miedo de una cosa
que vive y que no se ve.
Tengo miedo a la desgracia traidora
que viene, y que nunca se sabe dónde viene. Adrianie, donde estas.