La mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no las perdona.
Por muy poderosa que se vea el arma de la belleza, desgraciada la mujer que solo a este recurso debe el triunfo alcanzado sobre un hombre.
El amor es un niño grande; las mujeres, su juguete.
La mayor parte de la gente confunde la educación con instrucción.
La esperanza es un árbol en flor que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones.
Desde la edad de seis años, la mujer no crece más que en dimensiones.
El cambio no solo se produce trantando de obligarse a cambiar, sino tomando conciencia de lo que no funciona.
Si las causas no existiesen, todo sería producido por todo y al azar.
La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años borrascosos de...