Frases de Simone de Beauvoir

¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.

La palabra amor no tiene en absoluto el mismo sentido para ambos sexos, y esta es una de las causas de los graves malentendidos que los separan.

La longevidad es la recompensa de la virtud.

Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.

El secreto de la dicha en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta.

En cierto sentido, el misterio de la encarnación se repite en cada mujer; todo niño que nace es un dios que se hace hombre.

No nos engañemos el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones.

Me parecía que la tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.

Es lícito violar una cultura, pero a condición de hacerle un hijo.

Lejos de que la ausencia de dios autorice toda licencia, al contrario, el que el hombre esté abandonado sobre la tierra es la razón de que sus actos sean compromisos definitivos.

La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad.

El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.

Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicios.
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es u...

Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra.

Las personas felices no tienen historia.
No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización es quien elabora ese pro...

Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.

No se nace sino que se deviene mujer.
En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación.