He hecho una regla de mi vida a confiar en un hombre mucho después de que otras personas le dieron, pero no veo la forma en que yo pueda confiar en ser un ser humano nuevo.
Deje el asunto de la religión al altar de la familia, la iglesia y la escuela privada, apoyada en su totalidad por las contribuciones privadas. Mantenga la iglesia y el estado siempre separados.
Trabajo deshonra a ningún hombre, por desgracia, de vez en cuando encontrar hombres que deshonra laborales.
Aférrate a la Biblia. A la influencia de este libro estamos en deuda por todos los avances logrados en la civilización verdadera y para esto debemos mirar como nuestra guía en el futuro.
Nunca he abogado por la guerra, excepto como medio de paz.
Si los hombres hacen la guerra en obediencia servil a las reglas, fracasarán.
El amigo de mi adversidad siempre se aprecia la mayoría. Mejor que puedo confiar en aquellos que ayudaron a aliviar la tristeza de mis horas de oscuridad que los que están tan dispuestos a disfrutar...
En cada batalla, llega un momento en que ambos lados se consideran batidos, y luego el que sigue los triunfos de ataque.
Aunque soy un soldado de profesión, nunca he sentido ningún tipo de afición a la guerra, y nunca he abogado por ella, excepto como un medio de paz.
El arte de la guerra es bastante simple. Encuentra a tu enemigo. Atrápalo tan pronto como sea posible. Golpéalo tan duro como puedas, y sigue avanzando.
No conozco otro método para asegurar la derogación de malas o desagradables leyes tan eficaces como su ejecución estricta.
En cada batalla llega el tiempo cuando ambos lados se consideran atacados, luego el que continúa el ataque gana.
Nunca hubo un momento en que, en mi opinión, de alguna manera no se pudo encontrar la forma de prevenir el empuño de una espada.
Las naciones, como los individuos, son castigados por sus transgresiones.
Mis fracasos han sido errores de juicio, no de intenciones.
Triunfé porque creyeron en mí.
Cada uno tiene sus supersticiones. Una de las mías siempre ha sido cuando empecé a ir a cualquier parte, cumplido.
Ninguna consideración personal se debe interponer en la realización de un deber público.
El trabajo no deshonra a ningún hombre; por desgracia, en ocasiones encuentras a hombres que les deshonra trabajar.