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Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo.
Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.
Cuando por fin regresas a tu tierra, descubres que no era tu vieja casa lo que extrañabas, sino tu niñez.
El burgués no tolera en su casa nada que no entienda.
La humildad es la llave que abre todas las puertas.
La verdad puede ser dulce o amarga, pero no puede ser mala; la mentira puede ser dulce o amarga, pero no puede ser buena.
La mujer es mala. Cada vez que se le presente la ocasión, toda mujer pecará.
Cuando salgas de tu casa, procura ir como si fueras a encontrarte con una persona importante.
La dueña de casa debe preocuparse de que el café resulte óptimo, y el dueño de que los vinos sean de primera calidad.
Buena cosa es tener amigos, pero mala el tener necesidad de ellos.
Envidia, ni tenerla ni temerla.
Consejos en amores nunca recibas, y menos cuando vienen de las amigas.
La mujer puede tanto que hace pecar a un santo.
Jamás cerró una puerta dios, sin que abriese dos.
El que no mira hacia adelante, atrás se queda.
Lo que en los libros no está, la vida te enseñará.
Quien grandes cosas busca, por fuerza ha de hallar alguna.
Vivir prevenidos, es de buen sentido.
Acabándose el dinero, se termina la amistad.
Para el amor y la muerte no hay cosa fuerte.
Cual es el padre, así los hijos salen.
Amigo en la adversidad, amigo de verdad.
En la necesidad, se conoce la amistad.
Quien buen norte tiene, seguro va y seguro viene.
Rencillas entre amantes, mayor amor que antes.
Al que tiempo toma, tiempo le sobra.
Amistad de juerga no dura nada.
La conciencia es, a la vez, testigo, fiscal y juez.
Con pistola a discreción, cualquiera tiene razón.
Con la muerte todo se acaba.
A la fuerza no es cariño.
El amor y el buñuelo han de comerse en caliente.
Abrazo flojo, amor poco; abrazo apretado, ese sí que es abrazo.
Dime cuánto traes y te diré cuánto vales.
A falta de caballos, que troten los asnos.
Socorro tardío, socorro baldío.
Buena es la tardanza, que hace la carrera segura.
Ara bien y cogerás trigo.
A causa perdida, mucha palabrería.
A veces es más fatal, la medicina que el mal.