Cuando te vayas gabriel garcia marquez
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Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacÃa.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

Si alguien llama a tu puerta, amiga mÃa,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una lÃquida armonÃa.
Si alguien llama a tu puerta y todavÃa
te ...
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no dirÃa todo lo que pienso, pero en definitiva pensarÃa todo lo que digo. DarÃa v...
LA MARIONETA
Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no dirÃa todo lo que pienso,
pero en definitiva pensarÃa todo l...

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazarÃa fuertemente y rezarÃa al señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si yo tuviera un corazón, escribirÃa mi odio sobre el hielo, y esperarÃa a que saliera el sol.

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te darÃa un abrazo, un beso y te llamarÃa de nuevo para darte más.

Lo más importante que aprendà a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
Gabriel se habÃa hecho reembolsar el pasaje de regreso para quedarse en ParÃs, vendiendo los periódicos atrasados y las botellas vacÃas que las camareras sacaban de un hotel lúgubre de la calle D...

En serio, terminó con el alma: no te vayas a morir sin probar la maravilla de tirar con amor.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustarÃa decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidarÃ...

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo dirÃa

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

Debemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aquà existió un ...

La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor d...

La sabidurÃa nos llega cuando ya no nos sirve de nada.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, en cambio, las palabras son admitidas cuando ya están a punto de morir, gastadas por el uso, y sus definiciones rÃgidas parecen colgadas de un cla...
En el periodismo solo un hecho de que son los falsos prejuicios de toda la obra. Por el contrario, en la ficción un solo hecho de que es verdad da legitimidad a toda la obra. Esa es la única diferen...

En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos

El sexo es el consuelo que le queda a uno cuando ya no le alcanza el amor.

Mi edad sexual no me preocupó nunca, porque mis poderes no dependÃan tanto de mà como de ellas, y ellas saben el cómo y el porqué cuando quieren.

A los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad.
Pero cuando ella entraba en la casa, alegre, indiferente, dicharachera, él no tenÃa que hacer ningún esfuerzo para disimular su tensión, porque aquella mujer cuya risa explosiva espantaba a las pa...
Ambos eran conscientes de tener tan pocas cosas en común que nunca se sentÃan más solos que cuando estaban juntos, pero ninguno de los dos se atrevÃa a lastimar los encantos de la costumbre. Neces...
Se cansó de la incertidumbre, del cÃrculo vicioso de aquella guerra eterna que siempre lo encontraba a él en el mismo lugar, sólo que cada vez más viejo, más acabado, más sin saber por qué, ni...
... que carajo, si al fin y al cabo cuando yo me muera volverán los polÃticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decÃa, se volverán a repartir todo entre los c...
En la escuela desportillada donde experimentó por primera vez la seguridad del poder, a pocos metros del cuarto donde conoció la incertidumbre del amor, Arcadio encontró ridÃculo el formalismo de ...
Cuando dieron por fin con la casa, Abrenuncio se despidió en la puerta con una sentencia de Horacio.
«No sé latÃn», se excusó el marqués.
«Ni falta que hace», dijo Abrenuncio. Y lo hizo...

Asà continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que habÃa de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita.
Cuando estaba solo, José Arcadio BuendÃa se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abrÃa la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de...